La luz entró por la ventana como si fuera un reflejo alado.
Yo, el del espíritu nómada, quedé sujeto a su rastro blanco que no me atrevía a ensuciar de pintura, como suelo contar con exagerada confianza de la realidad.
Sé que no estaba solo y las burbujas cayeron mansas, diciéndome desde su transparente silencio que es lo mismo un deseo entre la multitud, que un grito en la soledad. (José López Romero)
3 comentarios:
HAY TANTA BELLEZA EN TUS PALABRAS....
QUÉ GRAN VERDAD!!!DERROCHE DE SABIDURÍA...DE PIE,TE SALUDO, AMIGO.
Se abren las venas de los días, como un volcán de gaviotas, y la nostalgia escondida suena allá donde el horizonte se aleja.
No sé si te das cuenta que velozmente nos desprendemos, igual que una paloma dócil, hacia ese instante que el aire habita.
Tus letras tienen el sabor de lo bueno Abrazos desde este lado de La Tiera
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